En primer lugar, son imprescindibles 2 tipos de calzado:
- La mejor opción para evitar esguinces que obliguen a suspender la marcha, ya que en varias etapas los caminos son irregulares, es utilizar unas botas Chiruca que abracen el tobillo. Si el peregrino no está acostumbrado a este tipo de calzado, también son idóneas las zapatillas de montaña con suelas más resistentes que las zapatillas de correr convencionales;
- Y un par de cómodas y ligeras sandalias de aventura para que al finalizar la etapa los pies del caminante se refresquen, y poder reanudar al día siguiente la marcha con unos pies descansados. Las suelas de las sandalias Chiruca, además de proporcionarle el agarre necesario, amortiguarán perfectamente los paseos por los pueblos y ciudades en los que se pernocte. No hay que olvidar que estas sandalias serán útiles también para la ducha.
La bota o el zapato han de ser impermeables porque puede sorprender un día de lluvia, y transpirables para evitar los problemas derivados de la sudoración del pie, como las ampollas y la micosis. Hay que tener en cuenta que en una etapa de peregrinaje el pie puede llegar a producir medio vasito de agua de sudor que ha de ser evacuado. Los productos Chiruca están fabricados con forro interior Gore-Tex que garantiza la impermeabilidad y transpirabilidad. Con ellos los peregrinos llevarán los pies secos y confortables en todo momento.
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