En el interior de la península, entre montañas, llanuras y antiguas huellas ferroviarias, se extiende la Vía Verde de Ojos Negros, la más larga de España.
Con un recorrido oficial de más de 160 kilómetros de recorrido, esta ruta sigue el trazado del antiguo ferrocarril minero que, a principios del siglo XX, llevaba el hierro extraído en las minas de Ojos Negros (Teruel) hasta el puerto de Sagunto (Valencia).
Lo que en su día fue un símbolo del auge industrial, hoy es un itinerario único para senderistas y cicloturistas que buscan combinar naturaleza, patrimonio e historia.
Un trazado monumental
La Vía Verde de Ojos Negros se divide en dos tramos:
- Ojos Negros I (casi 70 km), entre Santa Eulalia (Teruel) y Barracas (Castellón), atraviesa paisajes montañosos, túneles, viaductos y estaciones en desuso.
- Ojos Negros II (unos 96 km), desde Barracas hasta el Puerto de Sagunto, desciende suavemente hacia el Mediterráneo, atravesando campos de almendros, huertas y pueblos llenos de encanto.
En total, el viajero puede recorrer más de 160 km continuos, lo que la convierte en una de las travesías más espectaculares de la península.
Naturaleza y contrastes
Uno de los atractivos de esta vía verde es la variedad de paisajes. Desde las sierras turolenses, con bosques de pinos y barrancos abruptos, hasta las llanuras de la provincia de Castellón y el Mediterráneo valenciano, el cambio es constante.
Durante la primavera, los almendros en flor pintan el recorrido; en otoño, los tonos dorados de las hojas convierten el camino en un espectáculo visual. Además, la ruta está salpicada de antiguos viaductos y túneles que recuerdan el esfuerzo humano por domar la geografía para el transporte minero.
Una ruta para todos los niveles
Aunque la longitud total puede imponer respeto, la Vía Verde de Ojos Negros es muy accesible gracias a su trazado ferroviario: pendientes suaves, firme acondicionado y numerosas localidades intermedias que permiten dividir la ruta en etapas.
Los ciclistas encuentran aquí un auténtico paraíso, pero también los senderistas pueden disfrutar de tramos más cortos, adaptados a su tiempo y condición física.
Historia viva en cada estación
Las antiguas estaciones, hoy en desuso, salpican la ruta como vestigios de una época industrial que marcó el territorio. Algunas han sido rehabilitadas como albergues, restaurantes o áreas de descanso, mientras que otras conservan un aire nostálgico, como si aún esperaran la llegada de un tren cargado de mineral.
Recorrer Ojos Negros es, de algún modo, caminar sobre los raíles de la historia, donde cada kilómetro recuerda la importancia de la minería y el ferrocarril en el desarrollo económico del siglo XX.
Mejor época y consejos prácticos
La Vía Verde de Ojos Negros puede disfrutarse durante todo el año, aunque la primavera y el otoño son los momentos ideales, con temperaturas suaves y paisajes en su máximo esplendor.
Consejos básicos:
- Calzado cómodo de trekking o bicicleta de montaña/híbrida.
- Agua y algo de comida, sobre todo en los tramos más largos.
- Ropa adecuada a la estación del año y protección solar.
- Planificación previa si se quiere recorrer la vía completa, con reservas en alojamientos rurales o albergues.
Una aventura sin prisas
Más que un simple recorrido, la Vía Verde de Ojos Negros es una experiencia de viaje pausado, donde la naturaleza y la memoria industrial se entrelazan. Pedalear o caminar por sus túneles, viaductos y estaciones es sumergirse en un patrimonio que hoy se disfruta con calma, lejos del ruido y las prisas.
Es, sin duda, una de las grandes rutas cicloturistas y senderistas de España, perfecta para quienes buscan sentir la historia bajo sus pies y el horizonte abierto del Mediterráneo como destino final.